A diferencia de otros artistas que aseguran haber llegado al arte por “casualidad”, CRAJES nació a partir de ciertas reflexiones de tipo existencialistas “…¿Qué quiero hacer de mi vida? ¿A qué me quiero dedicar, sabiendo que el trabajo ocupará la mayor parte de mi tiempo?...”, momentos clave en la vida de un ser humano. Cinéfilas, hasta la médula, coquetearon con cortos de animación y cuando decidieron dejar de lado la experimentación y asumieron que lo suyo era el dibujo y la ilustración (tal vez no como se entendía usualmente en Barcelona, más de la ilustración clásica, arte conceptual o abstracto), decidieron atacar al mundo de las galerías de arte. Fascinadas por el arte Lowbrow o Surrealismo Pop, movimiento underground de arte visual que surgió en Los Ángeles a finales de los ´70, influenciado por el cómic, el punk y la cultura callejera del hot-rod, no dejan de crear universos fantásticos y oníricos, novedosos en su contexto, con una alta dosis de sarcasmo e incluso humor negro. Las representa Galería Mito.

 ¿Existe algún objetivo que motive vuestro trabajo? Sí, introducir en el circuito artístico barcelonés un tipo de arte como, el que hacemos, inspirado en el Lowbro, con el que aún el público barcelones no se está muy familiarizado porque es una ciudad de arte más conceptual.

¿Recuerdan alguna anécdota que vinculen a vuestra profesión? Nos conocimos gracias al cine. Ninguna de nuestras amigas quería ir a ver 300 (Zack Snyder, 2007) y Hard Candy (David Slade, 2005).

¿Qué es lo que más les gusta de Barcelona? Lo que más nos gusta de Barcelona es su arquitectura,  muchas veces nos inspira, y la cercanía al mar, como así también los contrastes, las sorpresas, ves de todo, nunca se acaban los rincones mágicos.

¿Qué es lo que menos les gusta de Barcelona? En Barcelona hay mucho arte y talento pero no está  valorado ni apoyado en la medida que lo requiere. Hay mucha cultura artística pero faltan apoyos para que más jóvenes puedan ser artistas.