Evripidis Sabatis
ARTISTA y MÚSICO
       Evripidis es griego, hace nueve años recaló en esta ciudad desde donde no cesa de alimentar su arte y estilo. Su música y el grupo que lidera, “Evripidis and his tragedies”, no sólo reflejan su personalidad, sino también su trayectoria, poco convencional, su estilo de vida y muchas de las vivencias que atesora de Barcelona, en especial, la vida con amigos.
Texto St Xavier Octavius
Photo Kiril Chakhnazarov
"…Barcelona ha sido una oportunidad y espero que muy pronto, vuelva a serlo…"

St Pau del Camp - Raval 
"…Cuando me instalé en Barcelona me pareció una ciudad maravillosa con un potencial enorme. Había gente muy interesante y todo era posible. Espero que pronto vuelva a ser la ciudad increíble que me recibió, cuando llegué aquel día de verano…"

     Su deseo ya desde niño de aprender a tocar el piano “…siempre recuerdo haber sentido mucha envidia de los hijos de ciertos amigos de mis padres, mayores que yo, que solían tocar el piano en la fiestas familiares…” y el hecho de estar atravesado por la cultura griega clásica, que admira profundamente, le convirtieron en un artista peculiar que escapa con soltura de las definiciones y que canta a la nostalgia y al dolor con romanticismo, humor y luz mediterránea.

¿Alguna vez has pensado en cuáles han sido los momentos más importantes de tu vida? No, la verdad que no. Pero como todos, aunque no suelo recopilarlos en una libreta, tengo muchos momentos importantes: mi nacimiento, el primer día de colegio, mi primera relación sexual, el día que comencé con la banda, cuando conocí a algún ícono mío, cuando han muerto personas queridas, la primera vez que toqué con la banda, el primer viaje pagado con mis propios medios, la publicación de mi primer  libro…

¿Qué respondes cuándo te preguntan a qué te dedicas? Con esta pregunta siempre me siento un poco incómodo porque nunca sé qué responder. No me dedico a nada, me dedico a vivir la vida como puedo, pero lo que mejor se me da es hacer música. Depende mucho del momento en el que esté y mis necesidades, aunque a veces hago otras cosas, fundamentalmente lo que me surge es crear música, por eso suelo decir que soy músico, aunque tampoco me guste demasiado decirlo. Suelo decir que soy artista, porque creo que lo soy, pero tampoco me gusta demasiado presentarme así (risas).

¿Cómo te defines como artista? No lo sé, creo que como alguien que se expresa de una manera poco convencional,  distinta a la que utiliza la mayoría de la gente. Tal vez como alguien que exterioriza su mundo interior e intenta conectar con un determinado número de personas y generar empatía a través de vivencias comunes y humor.

¿Tienes un primer recuerdo relacionado con la música? Sí, siempre recuerdo haber sentido mucha envidia de los hijos de ciertos amigos de mis padres, mayores que yo, que tocaban el piano en las fiestas familiares. Todos se colocaban alrededor del piano para escucharles, yo quería estar en su   lugar para llamar la atención de los mayores. Esa es la razón por la que pedí a mis padres que me apuntaran a clases de piano. Y siendo más pequeño, aunque yo no lo recuerdo, me cuentan que tenía un gran repertorio de canciones que cantaba en cualquier sitio. Dicen que me levantaba espontáneamente y me ponía a cantar y nadie me podía frenar.

¿Y la ilustración? He ilustrado bastante. Mis dibujos solían ser espontáneos, salían casi automáticamente y tenían un marcado carácter psicológico. Trabajé poco como ilustrador. Me desanimé porque ni el trabajo ni el dinero eran suficientes, tampoco era fácil conseguir clientes. Siempre tuve la impresión de no poder vehiculizar mucho más que mis mundos internos, universos tan naïf como monstruosos…

¿Crees que existe o existió alguna vinculación entre tu música y tu manera de ilustrar? Sí, cuando hice el libro me di cuenta de que todo lo que hacía estaba relacionado. Los textos del libro explicaban los dibujos y las canciones. Mi libro terminó siendo una suerte de manual para descubrir y conocer mi mundo interior. El lector, puede comprender perfectamente de qué hablan mis canciones y mis dibujos.

¿Cómo conviven la ilustración y la música? ¿Proyectas las mismas inspiraciones? Mis dibujos, a diferencia de la música, los hacía de una manera mucho más consciente, de forma un poco automática pero, con muchos elementos recurrentes. Cuando hice el libro y comencé a analizar cada capítulo, me di cuenta por qué hablaba de lo que hablaba. Por qué hablaba de medusas, tsunamis, ballenas, desastres naturales, islas,  barcos… Todo tiene que ver profundamente con mi psicología, con mis vivencias. Tengo fijación por los barcos porque soy de Grecia, porque siempre he cogido barcos para ir a las islas, porque en un barco he forjado amistades, porque en un barco he estado muy triste o porque he estado con alguien que he querido mucho… Siempre me han fascinado los naufragios y la palabra dreamboat (que en inglés significa hombre de tus sueños)todo esto es como un universo interno en el que hay barcos, pero también hay una multitud de sentimientos y situaciones...



¿Con la música te ocurría lo mismo que con los dibujos, que salía de forma automática y estuviera relacionada con tus estados psicológicos? Si, también, pero si ahora me preguntas cómo he compuesto cada una de mis canciones no sabría qué responderte. Cuando la canción está terminada no puedo creer que yo la haya creado.  Nunca he sabido cómo he conseguido escribir esas letras, esas melodías o esos arreglos. No sé, me parece mágico, fascinante... Me siento al piano y me dejo llevar, a veces las melodías salen muy rápido y otras veces tardan años.

Como artista, ¿qué te ha aportado el hecho de ser griego? Me atravesó la música que escuchaban mis padres, el cine, el teatro antiguo, las ruinas, el peso de la cultura antigua. Somos una nación con mentes brillantes pero también con mucha mediocridad. Estoy muy orgulloso de ser griego por eso, a veces,  me molesta lo poco que cuidamos el país y la cultura. A la mayoría, lamentablemente, parece no interesarle demasiado la cultura. Más allá de eso, Atenas es una ciudad única donde viven muchos artistas que, con lo mínimo y sin apoyos, luchan para seguir haciendo arte.

¿Por qué el nombre de tu banda es “Evripidis and his tragedies”? Además de llamarme Evripidis, me pareció gracioso porque mis canciones son una especie de obras de teatro en forma de canción pop y, a veces, tienen algo de tragedia ligera, digo ligera porque tienen demasiado humor para ser tragedia. Son tragicomedias, nadie se muere, nadie se mutila como en las tragedias griegas, más bien son tragedias de amor. Bueno, alguna vez alguien se muere en alguna canción, pero nunca bajo circunstancias trágicas sino, más o menos, normales.

Veo que defines tu música como pop, sin embargo, algunos especialistas no pueden definir el tipo de música que haces. Sí, supongo que es esto, entre pop y música de cantautor. De todos modos me gusta ser indefinible, lo he sido siempre. Creo que como persona soy definible e indefinible a la vez porque si bien soy particular, también es mentira que no se me puede categorizar. Cuando hago música no pienso en si la van a categorizar como pop o no, creo que mi música es una especie de indie pop barroque, música de cantautor disfrazada de pop.

¿Qué valores crees que proyecta tú música? Me doy cuenta que las letras generan una gran empatía entre la gente y aunque mucha gente crea que son retro, para mí son muy actuales. Como hay piano y violín y muchos otros instrumentos, principalmente se transmite, un cierto barroquismo musical. No hay economía en los medios, proyectamos mucha pasión, sentimientos y efectos especiales.

¿Cómo surgió la idea de haber juntado a tantos músicos? Ha sido muy espontánea. Muchos amigos, muchos amigos de amigos, unos iban otros venían, entonces se me ocurrió la idea de la gran banda. No hubo nunca ninguna otra intención que la espontaneidad y el hecho de que me parecía muy divertido que tantos amigos o conocidos tocásemos juntos. En definitiva es una proyección de mi vida social.

¿Qué te trajo a BCN? Consejos de un exnovio, mi mejor amiga que también quería venir, la escuela de ilustración, el sol, el mar, los chicos que me parecían guapos, la ciudad que me parecía bonita, la suerte… Los amigos, las circunstancias y el grupo han hecho que me quede aquí, donde ya llevo nueve años…

¿Un primer recuerdo de Barcelona? Recuerdo el calor agobiante del día de verano en que llegué y lo genial que era Barcelona en ese momento. Era la versión reducida de una gran capital. Yo venía de vivir un año en Londres y recuerdo que la atmósfera de las dos ciudades me pareció muy similar y como en ese momento Atenas tampoco estaba bien, Barcelona me pareció una maravilla. Era muy común ir a cualquier fiesta y encontrar mucha gente guapa y muy maja. Había gente muy interesante y todo era posible…

¿A la hora de crear canciones prefieres tendencias sociales o mundos interiores?Alguna vez me puedo ver influenciado por algo a nivel social pero en general diría que me cierro al mundo exterior cuando creo mis canciones.

En el ámbito musical, ¿identificas algún rasgo barcelonés? Barcelona tiene un carácter bien definido y muchas veces se proyecta en la música y en el arte. Por ejemplo, en la música, en una época todo el rollo tropical, era muy barcelonés, pegaba mucho con el ambiente de la ciudad. Eran sonidos muy mediterráneos, pienso en El Guincho, por ejemplo, que es un tipo de música que no se podría hacer en otro sitio, que se hace sólo aquí. Creo que Barcelona aún bebe de las fuentes del modernismo y del color y, por eso, salen estas fórmulas que son tan particulares…

¿Crees que Barcelona influyó en tu manera de crear? Creo que mi música es totalmente fruto de haber vivido todo este tiempo en Barcelona. La ciudad tiene una luminosidad que es muy de aquí, incluso cuando las canciones tratan temas oscuros. Los ritmos y el hecho de que haya tanta gente participando, también son cosas que reflejan mi vida social en esta ciudad. La portada del disco, por ejemplo, es un after en un piso modernista, como tantos otros que hemos hecho, con la gente bebiendo vermú y divirtiéndose. Si viviera en Londres o Berlín, por ejemplo, mi música no sería tan brillante ni colorida, no encajaría en ese mundo tan serio y gris. Seguramente ese ambiente me obligaría a hacer algo más oscuro y, en vez de escribir letras tragicómicas, escribiría tragedias y me deprimiría de verdad. Usaría más sintetizadores y la instrumentación sería muy diferente, la calidez que dan los instrumentos acústicos está totalmente relacionada con la calidez mediterránea.

¿Barcelona en una frase? Barcelona ha sido una oportunidad y espero que pronto, vuelva a serlo. Cuando llegué a Barcelona me pareció una ciudad maravillosa, con un potencial enorme. Con el tiempo, las cosas han ido cambiando un poco. Espero que pronto vuelva a ser la ciudad increíble que me recibió, cuando llegué aquel día de verano…

¿Qué es lo que más te gusta de la ciudad? La morfología, como está hecha.

¿Qué es lo que menos te gusta? Los turistas… También me gustaría que el Ayuntamiento dejara más libertad, en general, y a los artistas, en particular…