ESCRITO EN EL CUERPO
Texto St Xavier Octavius
Photo Josep Piella "it's Baby Barcelona"

       Los que nos dedicamos a la observación social sabemos que hace algunos años se sembró la semilla del full tattoo y ahora está germinando. No es casualidad que en los últimos tiempos, Rick Genest, Zombie Boy, un canadiense, performer y extremadamente tatuado, de 25 años, se haya convertido en modelo de Thierry Mugler y en inspiración y acompañante de Lady Gaga, para su canción y consecuente videoclip “I am in love with a zombie”. Basta con ir a ciertos eventos o festivales para descubrir la cantidad de hombres y mujeres ilustrados. Zombie Boy no es un caso aislado, es consecuencia de una época y de la reinterpretación de una técnica milenaria por parte de la sociedad contemporánea. Tampoco es casualidad que Taschen haya lanzado, en su colección Icons, la edición Tattoos o que Chanel haya mostrado, en uno de sus desfiles, en una versión edulcorada, a sus modelos con tatuajes temporales. El tatuaje comenzó como ritual y evolucionó de diversas maneras. Según el tiempo y la civilización adquirió formas y significados diferentes.De sus orígenes en la Polinesia pasando por Egipto, América, Japón, Medio Oriente y volviendo a América. 

     Con un sentido estético y ornamental, en sus inicios, a nociones de jerarquía, funciones mágicas y protectoras, de carácter sobre natural, al tatuaje de Japón (tradición más relevante) donde para marcar, originariamente, a los delincuentes, se convirtió en un arte imperial, y así retomó su función básica de ornamento corporal y utilización estética, hasta prohibir su implementación en 1842. En 1846 volvió a Occidente, a través de los marineros expedicionarios a la Polinesia (curiosamente donde se establecen sus orígenes). Así, el primer tattoo studio, se estableció, en Nueva York, en 1846. En Occidente, durante el siglo XX, el tatuaje, fenómeno urbano, también pasó de un grupo social a otro, tuvo distintas connotaciones y gestó diversos significados y asociaciones. De hecho, existen algunos referentes culturales relevantes, que se apoderaron de este universo, la novela The Ilustrated Man (Ray Bradbury, 1951), llevada al cine en 1961, en la cual, el cuerpo de un vagabundo, es el soporte para narrar dieciocho historias sobre la naturaleza humana, Pillow Book (Peter Greenaway, 1996), donde el tatuaje aparece como un componente ancestral y altamente erótico y la serie Prison Break, cuyo personaje principal, completamente tatuado alude a la corriente e íntima vinculación, tatuajes y prisión.

   A finales de los '90 presenciamos una transformación y vemos como el tatuaje es aceptado progresivamente por la sociedad y se normaliza su presencia y su uso. Como en sus inicios, vuelve a cumplir funciones estéticas y no distingue entre sectores sociales. Es otra tendencia que indica un “back to the basics” y se refleja cuando individuos del siglo XXI, deciden convertir su cuerpo en una obra pictórica. La globalización homogeneizadora provoca una angustiante necesidad de diferenciación que incita a la individualización extrema, Así, el cuerpo cobra otro significado, se transforma en un manifiesto, tatuarlo completamente significa, ser único y diferente. Hace siglos, como los maoríes, a partir de otra piel, creamos otra identidad y transmitimos ciertos valores. Nos tatuamos hasta que no quede ningún trozo de piel desnuda en nuestro cuerpo y cuanto más complicado es el diseño del tatuaje, mayor es el prestigio y reconocimiento social.

Photo cortesia Ramón Maiden

Photo by Kiril Chakhnazarov

THESOULREPORT convocó a Josep Martí, antropólogo, para reflexionar, a partir de la documentación fotográfica cedida por Josep Piella y las declaraciones de Javier Rodríguez, Ramón Maiden & Soren Manzoni.

CUERPOS TATUADOS por Josep Martí - jmarti@imf.csic.es

Hoy en día, lucir un bello tatuaje ya no es motivo de escándalo. Lo hacen los jóvenes y los menos jóvenes. Se hacen grabar la piel por razones de estética, por cuestiones de identidad, por sentirse amos y señores de su propio cuerpo, incluso por creencias. Un tatuaje sirve también para señalizar un compromiso de por vida entre compañeros o amantes como cuando se hace con él algún tipo de alusión a la persona idolatrada, o se comparte entre dos un mismo diseño grabado en la piel. Pero más allá de las razones más frecuentes y aceptadas ya socialmente para hacerse tatuar la piel, a estas marcas indelebles en el cuerpo se les puede seguir adscribiendo connotaciones transgresoras. Basta con decantarse por un diseño o motivo que provoque rechazo social, una frase malsonante, por ejemplo o lo que es más común dentro de lo relativamente raro, ceder al encanto de lo inusitado haciéndose tatuar determinadas partes del cuerpo: un tatuaje facial llama poderosamente la atención. Y es que en la cultura occidental, aquellas partes del cuerpo que siempre se mantienen a la vista son la cara, el cuello y las manos. Difícilmente veremos pues tatuajes en estas zonas corporales, y cuando se hace, se entra en el terreno de lo atrevido y lo insólito. Pero también hay quien opta por hacerse tatuar extensas áreas o incluso la totalidad del cuerpo, exceptuando sin embargo las que siempre deben permanecer visibles. Aquí deberíamos pues hablar de camaleonismo, tan acorde por cierto con las características de la vida líquida a la que aludía el sociólogo Zygmunt Bauman. De esta manera, al mismo tiempo que se apuesta por lo transgresor o lo individual, cuando interesa, estas marcas corporales se cubren bajo el más convencional atuendo cotidiano. Durante el horario laboral se puede seguir atendiendo a los clientes sin despertar sospecha alguna de deviance pero, cuando se considera apropiado, se muestra ante los otros el yo social, el yo personal o incluso el yo más íntimo, presentándolo narcisistamente en un cuerpo grabado con meticulosidad. Así, la espalda profusamente floreada, la pantorrilla decorada con tatuaje japonés, unas nalgas al estilo samoano o una delicada mariposa junto al monte de Venus nos dan indicios sobre maneras idiosincráticas de entender la vida. Y en todo esto hay que tener bien presente la doble función que tiene el tatuaje: por una parte la de acercar nuestro yo al propio cuerpo; por otra la de presentarnos ante los demás.

LA MIRADA DE JOSEP PIELLA
LA VOZ DE ESPECIALISTAS

    Javier Rodríguez  tatuador para LTW Studio y claro exponente del full tattoo. "...Muchos de los turistas que visitan Barcelona se terminan tatuando. Barcelona está muy bien posicionada internacionalmente,  es una de las mecas del tattoo. El entorno de la ciudad favorece el tatuaje, es la ciudad más europea de España, más abierta, más internacional, más plural y su buen clima también cuenta, aquí, la gente exhibe más su cuerpo. Existen varios factores que han influenciado para que se creara un contexto tan bien predispuesto, los mismos tatuadores se animaron a tatuarse completamente y pasaron a ser referente, para generaciones más jóvenes que suelen querer superar al que ha sido su inspiración. Durante los últimos años, el mundo de la moda también colaboró para que chicos y chicas vayan completamente tatuados, el tatuaje está muy aceptado, hasta incluso en las revistas y las editoriales. Ahora existe lo que se llama, la pasión por coleccionar tatuajes, para muchas personas son como piezas de artes y los tatuadores, somos artistas. También juega un rol muy importante la vanidad por tener un tatuaje en el lugar más insólito, para así, diferenciarse. A veces, tatuamos hasta en la cabeza, en la cara, algunas zonas muy dolorosas se han normalizado y los clientes pasan a pedirlo también. Por ejemplo, las palmas de las manos es una zona muy dolorosa, es uno de los peores sitios, llegan muchas terminaciones nerviosas pero como no se ve, muchos las siguen eligiendo. Otra zona muy dolorosa, que ha estado mucho tiempo de moda porque pocos toleran, el dolor que provoca, son las costillas. Muchos tatuados tienen la percepción de que el dolor, que atraviesan, al someterse a un tatuaje, los hace diferentes y especiales, la gente sabe que es doloroso hacerse un tatuaje, de esta manera, existe un valor social agregado y el dolor, ya no es una barrera, muy por el contrario, es un valor. De todos modos, lo más importante sigue siendo buscar el sitio adecuado, es lo que otorga originalidad, exclusividad y diferenciación. Mucha gente pide el cuello, porque sabe que, muy poca gente lo pedirá, no es fácil soportar el dolor que provoca así es como, a través del dolor, se busca la originalidad. Hoy en día, como en todas las disciplinas, los clientes tienen mucha más información, por ende, muchísimo más criterio e incluso, se desplazan para tatuarse, saben lo qué quieren, dónde lo quieren, cómo lo quieren y con quién lo quieren, antes teníamos que resolver muchas dudas y cuestiones, ahora sólo te queda escucharlos e interpretarlos...".

    Ramón Maiden artista plástico y tattoo addict. “…Yo comencé a tatuarme tardíamente, con 27 años, primero dibujé tatuajes para todos mis amigos. Siempre he sido muy selectivo con todo, con el tema del tatuaje también, me tomé mi tiempo y cuando noté cierta evolución y sentí seguridad comencé. Antes los tatuadores era gente que transportaba del papel a la piel, ahora son verdaderos artistas. Creo que el full tattoo  forma parte de un proceso, no estoy a favor de la corriente de moda que provoca que chavales de tan solo 18 o 20 años ya vayan completamente tatuados, no comparto ese punto de vista. Mi visión del tatuaje forma parte de un proceso, de una evolución, es algo que te acompaña y acompañará siempre y representa y proyecta tus gustos y tu estilo de vida. En mi caso, los viajes suelen ser motivo de inspiración recurrente. Un hito importante que mereció mi primer tatuaje, fue cuando dejé la casa de mis padres. Mis tatuajes responden a espacios de mi vida y están repartidos en el tiempo. Creo que el entorno de Barcelona favorece principalmente porque hay muchos más estímulos sonoros y visuales,  el tema del arte y la cultura es mucho más accesible también, el tatuaje está cambiando está en continúa evolución, además, socialmente está mucho más aceptado. Para mí el sentido del tatuaje va más allá de la moda, es una forma de expresión, de registrar mi vida en mí, de recordar momentos, entonces cuando veo que la gente se tatúa a toda velocidad no comparto su visión. Yo me sigo tatuando, incluso muchas veces viajo para tatuarme y comencé a borrarme tatuajes que ya no me gustan para hacerme otros que me gusten más. Hubo un cambio bestial, los tatuadores ahora son realmente artistas de primer derecho y a dedicación completa, son artistas muy completos, una cosa es pintar en un plano, en papel o en soporte y otra cosa es tatuar en volumen que no tiene nada que ver, hay muchos tatuadores que pintando, lo hacen como un pintor cualificado y luego tatuando, son verdaderos maestros también, es un tema que admiro mucho, la energía que aplicas al tatuaje no tiene nada que ver con la energía que tú utilizas para pintar, se provoca una conexión profunda con la otra persona, yo pinto y si no me gusta lo rompo. Barcelona es una de las ciudades más abiertas de Europa y del mundo, las ciudades portuarias con tradicionalmente siempre han estado más abiertas al resto del mundo. Barcelona por el enclave, por su historia, es una de las ciudades más bonitas de España sino la más bonita. Tenemos una cultura del tatuaje realmente joven, en el norte de Europa ves gente como nuestros padres y nuestros abuelos tatuados de arriba a abajo también. Somos una cultura muy primaria y muy joven también, no verás a gente mayor tatuada. Actualmente el full tattoo no sé ve solo en Barcelona, se ve en todo el mundo, pones la televisión y hay hasta programas, también es una corriente semidelógica y estética como puede ser una tribu urbana, un tipo de música, un estilo de ropa, pienso  que es algo con lo que la gente se quiere identificar y forma parte de un qué también, de una sociedad, de un grupo, de un reconocimiento por algo, yo pienso que esta ahí como otras cosas, no encuentro que sea algo especial. El tema está evolucionando, no solo aquí sino en todos los sitios, las técnicas también evolucionan, las zonas, el estilo, hay cosas muy tradicionales pero cosas muy novedosas también. Es un tema muy dinámico que está adaptándose a las nuevas situaciones, corrientes estéticas, nuevos colores,  nuevas imágenes…”

    Soren Manzoni socio fundador de Nasty Mondays, surfer, skater y tatuado. “…Siempre estuve muy influenciado por un surfista americano, Matt Archbold, que incorporó la tendencia de hot rod de los ‘50 y ‘60 en la escena surf y el full tattoo. Me tatuaron por primera vez hace más de 20 años, éramos de los primeros que nos comenzábamos a tatuar, en aquel entonces, estábamos mal vistos, el hecho de tatuarte te ubicaba al margen de la ley, el discurso social decía que si te tatuabas nunca llegarías a ser nadie, porque nadie te daría un trabajo, ahora el tattoo está socialmente muy aceptado, comienza a ser una especie de arte, ha dejado de ser algo underground, ahora todo es mucho más mainstream, esto trajo aparejado una evolución de la disciplina y de la técnica, ahora notamos que la técnica ha mejorado mucho, se tatúa muy bien y es más accesible, en general todos tatúan bien, aunque siempre hay mejores, ahora también existen más seguridades, por ejemplo, de higiene, el toque artístico o de creatividad que antes no existían. Cada vez hay mejores tatuadores, todos llevan tattoos muy bonitos, muy bien hechos, lo que provocó un cierto retroceso, incluso una cierta tendencia a tatuarse mal, porque ahora los tatuajes son extremadamente estéticos, incluso tienden a la perfección.  Personalmente nunca supe que iría muy tatuado, pero ese es justamente el vicio que te provoca el tattoo, te haces uno, te enamoras de él y quieres tener más, son como las mujeres, quieres probarlas todas...".