Nació en Argentina, motivado por su rol de ser el hijo mediano, dejó anticipadamente la casa de sus padres y el Cono Sur para vivir el mundo... Primera escala, Sao Paulo e Ilhabela, una segunda escala, más larga en Miami, donde vivió cuatro años y descubrió su pasión, además de por el  longboard, por una alemana muy guapa, que le haría atravesar el Atlántico para instalarse en Berlín durante un par de años. Cansados de la nieve y del mal tiempo, deciden emigrar a Gran Canaria, donde, lamentablemente, no encontraron la magia que buscaban, así, en el 2002, el desencanto les condujo hasta Barcelona. También vivió cuatro años en Madrid pero eligió volver a la ciudad Condal. “…Barcelona y Madrid no tienen ningún punto de comparación…”

¿Sacando fotos espontáneas, en la calles de Barcelona, crees haber detectado alguna tendencia? Si bien reconoce que en muchas otras ciudades europeas se utiliza la bicicleta como medio de transporte, considera que, en Barcelona, el bicing es un fenómeno característico por la cantidad de gente que la utiliza y sobre todo por cómo se vinculan con bicicleta.

¿Qué es lo que más te agrada de los robados fotográficos? En el hecho de robar fotografías,  busco quedarme así con cosas que me gustan ver, cómo una chica va vestida, las botas que lleva un chico, la bicicleta o la actitud de una persona sentada leyendo una revista, me parece algo maravilloso poder captar ese momento sin que la persona lo perciba, para que no se pierda la naturalidad ni la actitud, procuro así dar con el alma de las cosas, la esencia.

No eres el primero de nuestros entrevistados que le otorga una gran importancia a su iPhone. El iPhone democratizó la fotografía la puso al alcance de todo el mundo, antes no todos podían registrar momentos o situaciones.

¿Barcelona te inspira? Sí, el clima, la arquitectura y el turismo que es un crisol de culturas. Barcelona me encanta, la considero mi ciudad.

¿Qué es lo que más te gusta de Barcelona? La arquitectura, a través de ella busco referentes para que la gente reconozca.

¿Qué es lo que menos te gusta de Barcelona? Siento que Barcelona está perdiendo esa chispa que la caracteriza y diferencia, su lado bohemio, moderno. Está más nostálgica, mira más al pasado que al futuro.