Barcelona es una ciudad tolerante, abierta, multicultural y entendía el grafitti como un rasgo cultural y una forma de arte, a veces reivindicativa pero siempre, y al mismo tiempo, con un objetivo estético claro, embellecer el espacio urbano. Así, sus muros han sabido ser, durante mucho tiempo, el soporte y medio de expresión de muchos artistas. Con el tiempo, las normas se multiplicaron y las paredes pintadas de gris también. Así, el auge del grafitti (uno de los pilares del movimiento artístico hip hop americano, junto al breakdance, el MC y el DJ) barcelonés vivió un declive e incluso ciertos artistas investigaron cómo desarrollar técnicas alternativas para así poder decir “hecha la ley, hecha la trampa”. Sin embargo, este movimiento que para algunos, a nivel global, resurge con fuerza, arrojó innumerables casos, como el de Sixeart, artistas que encontraron en la calle la mejor escuela, acumularon un gran experiencia, se transformaron y en la actualidad alternan entren baldíos y galerías de arte internacionales. Sixeart, invitado a pintar a la Tate Modern de Londres, ha llegado incluso un poco más allá, participa asiduamente de eventos, festivales, ferias y conferencias. Su estilo, influenciado por el manga japonés y su pasión por el arte primitivo, ofrece composiciones cromáticas sorprendentes que se acercan a la perfección. Todo, sin dobles lecturas, con un carácter simple y cándido, liviano pero altamente atractivo que además sintetiza su intensa historia, la fusión muro-cuadro.

Notas, galerías, museos, un underground y anonimato que quedó atrás, ¿cómo vive la transición un artista que seguramente en algún momento tuvo que correr de la policía? Vivo la transición recordando siempre mis orígenes, con un pie en la tierra, trabajando honestamente y sin dejarme embadurnar con palabras.

Consideramos que tienes un universo, no sólo de creación, muy definido que te diferencia y te hace contundente, ¿tu tienes la misma percepción? Me siento muy cómodo en el universo propio que he ido creando después de muchos años. Y he ido desarrollando mi propio lenguaje y simbología y trabajando con varios estilos.

¿Estás de acuerdo con la denominación posgrafiti? ¿Te sientes parte de este movimiento artístico? La denominación posgrafiti es una etiqueta más. Y me siento con la necesidad de crear y mejorar día a día mi trabajo, pero no me gustan las etiquetas, aunque me las pongan.

Existe una fuerte vinculación entre tu obra y el arte primitivo (que además sabemos te apasiona), ¿cómo defines el punto de unión, la intersección, entre esta influencia o inspiración y el carácter tan contemporáneo de tu trabajo? Desde hace tres años me he interesado por las culturas antiguas y el arte primitivo, han despertado un gran interés en mí y ha hecho que mi pintura evolucione y me lleve a nuevas dimensiones. Para mí el grafitti tiene un vínculo muy grande con las pinturas rupestres y el arte primitivo. El ser humano repite muchos de sus actos a lo largo de la historia y este es uno más, pero en otro tiempo: futurismo primitivo.

¿Alguna vinculación entre el hecho de haber nacido y vivido en Barcelona Sixeart? Creo que mi trabajo tiene un vínculo con la ciudad de Barcelona, es ecléctica y orgánica.

En materia artística, ¿Barcelona adopta o genera tendencias? Para mí genera tendencias y pienso que hay una gran cantera de artistas y casi todos ellos con estilos personales en muchas disciplinas.

Distintos colegas consideran que tu técnica y tu arte son el origen de un nuevo movimiento y sobre todo lo definen como algo muy de Barcelona, muy local… ¿estás de acuerdo? Ante todo es un honor que haya gente que piense eso de mi, pero habrán otros que piensen otra cosa.