¿Cómo nos explicas tu técnica? Es una técnica impresionista, expresionista y muy actual. Pinto con spray, lo que hace que sea bastante novedosa. Además la técnica está rodeada de varios conceptos propios que siempre considero para desarrollar todo lo que me proponga artísticamente.
¿Cuáles son esos conceptos propios? Todos estos años estuve buscando conceptos e ideas. La idea primordial que intento proyectar es la energía. Necesito moverme, sentirme libre y cansado por haber trabajado mucho para hacer algo. Necesito que la gente sienta y perciba que detrás de mis piezas hay trabajo, movimiento e investigación. Otro factor importantísimo, para mí, es la alegría, independientemente del tema que se transmita, hay una cierta alegría por el uso del color. Siempre hay mucho color en mi obra.
¿Entonces tu obra persigue un mensaje? Sí, pero no todo es el mensaje ni únicamente la imagen plástica. Busco un equilibrio entre el aspecto visual y el mensaje, aunque para mí, los acabados son fundamentales. Persigo una armonía cromática para que la gente disfrute tanto del aspecto visual de la obra y la técnica como del mensaje que intento transmitir.
¿Qué función cumple el color en tu obra? Personalmente utilizo mucho el color, como herramienta que aporta desde la técnica. El color es parte de mi sello de autor. Para mí, el color es fundamental, ya sea viendo un detalle o la pieza en su globalidad. Me importa mucho la textura, la plasticidad, el relieve, la armonía y la energía que se puede transmitir con el correcto uso de los colores. Me interesa que se pueda comprender todo el trabajo que hay detrás porque tanto los colores, como las gotas, los chorros, las capas de pintura, son parte de mi trabajo.
¿Por qué para ti es importante innovar en el arte? Por que va muy relacionado con la técnica y lo que aporta el artista. La técnica es realmente muy importante en todos los sentidos. Creo que con mi técnica aporto y seguiré aportando. Innovación también es el concepto artístico, es muy importante y creo, personalmente, que ahora, es lo que más trabajo. Mi concepto actual es mi vida y no se trata de contar mi vida a través de mi obra pero, sí de mirar qué ocurre en el mundo para vincularlo a mi existencia, todo examinado a través de mis puntos de vista, ¿Por qué? Porque canalizo mucha energía a través de mi pintura, mi trabajo es muy físico y no puedo hacer un trabajo tan físico y no contar nada a través de él porque si no sería una mentira. Para terminar de innovar, mi reto actual es terminar de encontrar mi concepto.
¿Te sirves de las tendencias sociales a la hora de pintar? Suelo desarrollar mundos más internos, mi trabajo es más de introspección, a pesar de estar muy a favor de la crítica social a partir del arte. Creo que en la sociedad hacen falta muchas más buenas personas. Soy de los que piensan que si le pido a la sociedad que se hagan las cosas bien primero soy yo quien las debe hacer el bien, educar con el ejemplo, por eso me gusta tener un discurso más cercano, me gusta contar cosas desde abajo, es mi manera de concientizar.
¿Tu obra vehiculiza este concepto? En algunas obras sí, en otras no tanto. Como hay gente que emite mensajes sociales muy potentes directamente, a mí me gusta dejar mucha libertad para que la gente pueda imaginar otras cosas. Mi universo es más psicológico, yo soy más de explotar un elemento y que la gente pueda hacer varias lecturas. Aunque no siempre salen cosas buenas, nunca hago cosas porque sí. La idea principal suele ser crear una pieza que tenga varias lecturas, que la gente pueda completar la obra pero que provoque interpretaciones y lecturas diferentes simultáneamente.
Arte contemporáneo y Barcelona. Este último tiempo he estado un poco decepcionado en Barcelona. Estuve viviendo un tiempo en Múnich y he visto cosas realmente buenas. Las galerías de aquí serían museos, aquí hay cosas muy buenas, gente muy interesante, pero veo que le falta concepto para que llegue a ser arte. Hay muchas cosas estética o visualmente muy bonitas pero siempre siento que falta el concepto. No veo que haya muchos trabajos en los que el artista se comprometa o relacione de manera profunda con la obra. No digo que yo lo esté haciendo, pero es lo que intento y hacia donde me oriento. Es lo que busco y es lo que hago para evolucionar, por ahora soy pintor, no artista. El día que no esté más en este camino y haya encontrado el concepto que buscaba, tal vez ahí, me considere artista. En relación con el arte contemporáneo, creo que Barcelona nada muy bien, pero siempre a un nivel estético, superficial.
Identificas algún rasgo característico de los artistas barceloneses? Técnicamente creo que en Barcelona se hacen cosas muy interesantes. Hemos vivido un boom durante el furor del graffiti. Había mucha libertad, los artistas investigaban y trabajaban mucho, continuamente surgían cosas nuevas. Valoro y rescato el trabajo de Los Martínez, de Kenor e, incluso, de Ovni. Han desarrollado líneas nuevas. Kenor solía mezclar su música electrónica con el graffiti, en esa época, fue lo que más me aportó. Vivimos una explosión creativa y de libertad artística que se acabó hacia el 2002. Fue una época que me ha marcado porque, precisamente, en aquel momento, estaba buscando mi personalidad, mi identidad, investigaba y trabajaba mucho.
Hablemos de la colaboración con Krizia Robustella, ¿cómo se fusiona moda y arte? Yo cursé Bellas Artes y me especialicé en Diseño para tener opciones o posibilidades que me permitieran utilizar distintas herramientas, aunque siempre he preferido pintar. Esto me ayudó a poder realizar esta colaboración y ofrecer mi estilo, poner mis formas y mis colores a disposición del print, (impresión en tela) para el Sport de Luxe de Krizia. El resultado ha sido fantástico y considero que es una extensión natural de mi trabajo. No me gusta quedarme sólo en la pintura. La experiencia ha sido muy enriquecedora, experimentar y fusionar otros elementos, otros soportes, otras armonías de color, otros diseño. En definitiva, se explota mi trazo para realizar otras declinaciones. |